lunes, 30 de diciembre de 2019

¡Feliz 2020!




Año nuevo, vida nueva. ¡Que viva esa infundada creencia de que el reinicio de un calendario es el nuevo comienzo de una nueva etapa!

¿Quién no se ha hecho esa idea alguna vez en esta época del año? O voy más lejos: ¿quién sí ha podido abandonar por completo esa costumbre de creer, aún muy en el fondo, que el año próximo puede ser mejor que el presente? A no ser que seas un recluso con cadena perpetua o un enfermo en fase terminal, muy difícil.

Curiosamente he visto a mucha gente afirmar que Navidad es una porquería, y que en cambio festejar el año nuevo tiene un poco más de coherencia. A los que piensan así, yo les pregunto, ¿realmente están tan seguros de esa afirmación?


Es que sí, gente, 'año nuevo' no es más que lo reflejado en la viñeta anterior. Entiendo que ciertas actividades o ciertas oportunidades pueden verse atadas al calendario que usamos, y que por ello este reseteo pueda significar el comienzo de nuevas posibilidades para concretar lo que buscamos...pero no jodan, lo que estamos festejando no es más que un desplazamiento en el espacio y en el tiempo (buueeeeenaaaa, me brotó el Carl Sagan que llevo dentro).

(¿Soy el único que le ve un aire a ese ex-presidente argentino cuyo apellido jamás debe ser pronunciado?)

Y por si eso no bastara el festejo no dista mucho de lo que se hace en Navidad: reunirse en familia o con amigos, cena, chupi, esperar que sean las 12, brindis, fuegos artificiales y el interminable debate acerca de si prohibirlos o no.


Eso y esbozar una suerte de balance personal sobre lo que fue el año para nosotros.

Qué se yo. En lo personal mi 2019 no creo que haya sido bueno y no tengo ni la más pálida idea acerca de si el 2020 vaya a ser mejor. Este fue un año incómodo para mi; molesto, en ocasiones bajonero, y que me dio pocos momentos disfrutables en su totalidad.

Pero bueno, cuando menos sí hay algo en el 2019 que merece ser destacado, y es que fue el año en que dio comienzo este blog. Un espacio ameno, que hasta ahora no ha hecho más que darme satisfacción y...

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¡LA PUTA MADRE QUE ME PARIÓ, PERO SI NI SIQUIERA YO ME LO CREO! ¡QUÉ AÑO DE MIERDA! ¡PERO QUÉ AÑO MÁS DE MIERDAAAAAA!

Carajo...yo sabía que se me iba a salir la cadena pensando en lo que fue el 2019, pero no esperaba que pasara tan rápido.

A ver, déjenme que respire y cuento hasta 10 para calmarme...no, mejor que sea hasta 300. Mientras lo hago les dejo algunas historietas para que este blog no sea puro blah-blah y dosis altas de odio visceral y de veneno...


...43...44...45...46...47...


...118...119...120...121...


...433...434...

Y bue, esperé tanto que terminaran que me pasé de rosca. Ustedes también son más lentos para leer...

Como sea, no le demos la satisfacción a este año tan mierdero de terminarlo con mala cara, por lo que levantemos nuestras copas con la frente bien alta. Recordando a los que no están, recibiendo de la mejor manera a los que recién vinieron o están por venir, disfrutando tanto como nos sea posible, y tratando de sacar todo el jugo que seamos capaces de exprimirle a la suerte que nos toque.

Espero que ustedes sí hayan tenido un buen 2019, y les deseo que tengan un maravilloso 2020.

¡Feliz Año Nuevo!

lunes, 23 de diciembre de 2019

Navidad, Navidad

Noche de paz
Noche de amor
Todo duerme derrededor

Entre el pan dulce y el Vitel Toné
terrible empacho el que me agarré

Necesito reposar
Necesito un Uvasal

Y nuevamente llega ese bendito/caótico día que seguimos festejando/padeciendo sin saber exactamente el por qué, ya que, por cada año que uno vaya sumando, más nos preguntamos si tiene sentido seguir armando ese condenado arbolito que ocupa espacio al pedo y que te come electricidad con esas luces de porquería. Luces que si no se te enredaron luego de guardarlas el año anterior, es porque seguramente las guardaste mal; y que encima, si tenés el infortunio de que se te queme una sola de esas bombillitas (una, eh...no la mayoría, no la mitad, ni siquiera un puñado...UNA), cagaste: tres metros de cables que se van a la reconcha de su iluminada madre.

Ese día en el que te juntás con tu familia y preparan una cena que, obviamente, jamás podrían preparar de forma espontánea y por ningún otro motivo, al punto tal de que uno llegue a preguntarse si lo que realmente sostiene a esta festividad no es el hecho de verse casi obligado a armar un banquete que desintegre tu billetera.

Esa noche en donde estás haciendo una cuenta regresiva para llegar a las 00:00 hs, pero que está totalmente improvisada porque mientras vos mirás tu reloj, tu primo te dice que ya pasaron 5 minutos de las 12, tus amigos ya te mandaron 80 mensajes saludándote por el celular, y los cohetes están en pleno apogeo desde antes de que te pusieras a pensar dónde corno tenés guardadas las copas. Lo bueno de este momento es que si sos los suficientemente hijo de puta podés trollear a tu familia escondiendo todos los relojes y celulares, diciéndoles a cada rato que son las 12 cuando todavía falta media hora (algún día lo voy a hacer).

Ese momento en donde te saludás con todos casi por compromiso con un "felicidades", o un "que se cumplan todos tus deseos". ¿Qué carajo tendrá que ver esto último con lo que se supone que se celebra, no? Estamos festejando Navidad, no es que vamos a emprender un viaje para buscar las esferas del Dragón.

Esos 5 minutos en donde te ponés a ver el cielo iluminado por una cantidad importante de fuegos artificiales como si estuvieras hipnotizado o como si esperaras que en cualquier momento explotara a la mierda todo el firmamento (que es lo único que justificaría que uno se embobe tanto viéndolos; ya sabemos cómo son, conocemos los colores, los ruidos que hacen, y nadie fabrica nada nuevo con respecto a esto...¿por qué nos alienamos así?). No tienen nada de espectacular, y además de contribuir a la desintegración de tu billetera, encima provocan en los perros las insuperables ganas de colgarse con su propia correa o de saltar por el balcón de la desesperación.

Aaaah...Navidad. 

Pero al margen de que no sean pocos los que odien tener que reencontrarse con familiares a los que ya no quieren ver ni por Facebook, al margen de que los militantes de Greenpeace detesten el cruel y feroz tormento al que sometemos a los canes de la familia con tanto despelote, al margen de la crisis económica y la subida de todos los precios que te sacan las ganas hasta de comprarte una mísera sidra "La Farruca" (dicho sea de paso, antes de comprarte esto agarrá la Manaos de manzana y ponele alcohol etílico; es más rico, más sano y salva más las apariencias)...al margen de todo esto, yo creo que las fiestas -entiéndase Navidad y Año Nuevo- tienen un encanto que hacen que ya formen parte de nuestra idiosincracia, siendo eventos que no creo que pudiesemos erradicar así nomás de nuestras vidas, en caso de querer hacerlo.

Dicho encanto (o desencanto para algunos) se puede mostrar presente en todos los rincones del mundo en donde se realicen este tipo de festejos, pero yo pienso hablar de lo que sucede en mi madre patria: Argentina.

La Navidad acá está repleta de cosas que se van repitiendo como si fueran cliches, y es por ello que uno no puede sentir que es 25 de diciembre sin contar con:

- El pan dulce que tanto divide a la nación. Siendo que algunos se aferran a la premisa de que un pan dulce tiene que tener frutas abrillantadas mientras que otros se vomitan encima con la sola idea de dejar que semejante inmundicia les toque el paladar. Desde mi perspectiva, mientras no sea pan dulce artesanal y no se ponga duro como un adoquín pasada una hora de abrir el paquete, estoy conforme.

- La sidra, el clericó, el Ananá Fish y demás fermentaciones frutales. Sobre este mercado se ha hecho cada cosa rara que única y exclusivamente se justifica beberlo en esta época del año. He visto hasta bebidas de durazno, y si me apurás también te digo ciruela (posta, es como si se inspiraran en la mermelada estos hijos de puta).

¿Te llamó la atención de que esté escribiendo esto en colores? Es para darle un toque navideño, ¿viste?

- El maní, el turrón, los confites y la estrella de la noche: EL MANTECOL. Si no hay un Mantecol sobre la mesa navideña o previo a recibir el nuevo año, o es porque te lo comiste antes o porque no merecés vivir en nuestra sociedad (así que volvé a nacer y después hablamos).

Párrafo aparte para la garrapiñada: son conocidos los casos de gente que ha perdido más de una de sus piezas dentales tratando de morderlos, por lo que quien les habla aconseja ser muy cuidadoso con su ingesta, o tragarlos enteros (aunque después posiblemente los cagues tal cual como los sacaste del paquete, porque ni el ácido clorhídrico estomacal puede con ellos). 

- Los platos principales. El asado, el Vitel Toné, el Pionono, el matambre, el pollo relleno...o sea, el verdadero motivo por el cual esperás estas fiestas y los grandes responsables de que al otro día sientas que en tu estómago se está desatando una guerra nuclear. Lo que quede (de la comida, no de tu estómago) se deja para el otro día porque a nadie en su puta vida se le ocurriría cocinar el 25 al mediodía.

- El familiar que lamentablemente tenés que soportar. Siendo porque se pone en pedo, porque habla tantas boludeces que dan ganas de enterrarlo vivo en cal, porque se pelea con los demás o porque durante todo el año dedicó su tiempo a cagarle la vida a alguno de los allí presentes (o a todos, si le gusta hacerla completa). Si te toca tener más de un familiar así, seguramente la noche la planificaste como para esperar pacientemente que se hagan las 00 hs con tal de irte a dormir o de huir de esa casa antes de que se convierta en una escena del crimen.

De todas formas no te preocupes porque todos tenemos un familiar así. Y si no lo tenés yo te aconsejo que medites bien la situación, porque no sea cosa que ese cargo lo estés ocupando vos sin darte cuenta.

- El puto calor que hace. Solo a nosotros se nos ocurre copiar al dedillo todas las costumbres del norte siendo que vivimos en la otra punta del planeta, un lugar en donde diciembre es pleno verano. Pero lo realmente malo es que llegan estas fechas y ya sabés que siempre está latente la posibilidad de que la semana anterior, la posterior, o la que está en el medio de ambas fiestas, la vayas a pasar sin luz, sin agua, y por ende sin ganas de festejar un pito.

Noche de paz
Noche sin luz
me cago en los de Edesur

El servicio otra vez colapsó
y por eso hoy la luz se cortó

Quizás tengamos luz a las 10
si no se corta otra vez

- Los Especiales de fin de año TyC Sports. Si sos argentino, y sos futbolero, sabés a la perfección que ese compilado de los mejores goles del año, los lujos, las atajadas, los goles errados, las patadas, las pifias, las curiosidades, etc, lo son todo. Lavecchia, ¿qué sería de cada fin de año sin vos? Estoy a dos especiales de poner una figurita tuya en el pesebre.

- Que pasen a cada rato y en todos lados "Mi pobre angelito", o por su nombre original, "Home Alone". Verla casi que resume como va evolucionando la forma de vivir esta festividad: cuando sos chico lo vivís con emoción y te encanta, pero a medida que pasa el tiempo te pudre y empezás a ver todos los aspectos negativos (las secuelas son una basofia y todos sabemos lo mal que acabó la carrera del actor protagónico).

Noche de paz
Noche de amor
pobre Macaulay, qué mal terminó

Aunque hoy por hoy ya se lo ve mejor
fue la falopa lo que lo arruinó

Esa carrera se desplomó
cuando hizo Ricky Ricón

 Y yo entiendo que esta sea la película navideña por excelencia, pero tanto material con esta temática no hay quien la aguante. Lo mismo va para esos especiales de Snoopy y Carlos Marrón (ah, ¿ya no los pasan por ningún lado? Mierda, qué viejo que estoy).

Igual admito que por un momento pensé hacer una historieta con algún especial navideño...pero es tanta la paja que acumulo que ni siquiera tengo ganas de terminar la orac...

- El resto de la programación basura. Los recitales que pasan en Crónica TV (canal raro si los hay), los compilados de bloopers y demás pelotudeces que solamente podés ver si todos se fueron a dormir o si la noche es un completo embole. No quiero ser juez ni verdugo, pero si te quedás a ver estas cosas después de brindar, replanteate seriamente lo que estás haciendo con tu vida y buscá ayuda profesional (es decir, un sicario, así te ahorrás la molestia de pegarte un tiro solito).

- El infante al que le tenés que mantener la ilusión de que Papa Noel (Santa Claus, San Nicolás, o el viejo de la bolsa) existe o siquiera existió alguna vez. Y la envidia de ver como esa noche la está pasando mejor que vos (y que siempre la va a pasar mejor que vos). Malditos críos.

- Si tenés familia numerosa y te juntás con ellos, dormir en el piso. A no ser que te avives y primerees a todos ocupando la mejor de las camas antes de que terminen de insultarse y de revolearse cosas entre ellos.

- Los regalos de mierda. Este requisito navideño en nuestro país casi que habría que eliminarlo de cuajo, porque entre que no hay plata para nada, que la familia que nos toca en 8 de cada 10 casos apenas si nos quieren o nos conocen como para darnos algo que de verdad nos guste o nos sirva, y que cada vez hay menos gente que se toma en serio este festejo, el resultado es algo que (con suerte) en dos semanas ya vas a olvidar que lo tenías. Salvo que te regalen plata (que es lo más berreta que pueden hacer, y sin embargo termina siendo lo más sabio).

- Las visitas que caen bien de sorpresa. Porque sí, todo vecino o amigo que esté cerca y le sea posible, se invita solo. Como si en las fiestas mi casa fuera la tuya, o como si fuera un pase libre para tomarte mi "La Farruca" y comerte mi pan dulce. No tengo problemas en compartir...¡pero el tema es que nunca me toca a mi estar del otro lado! A todos los desvergonzados que tengan pensado venir a mi casa en estas fiestas, están avisados de que les voy poner lavandina en la copa, a ver si así dejan de invitarse por cuenta propia.

Noche de amor
Noche de paz
Todos vienen a saludar

En todo el año que ya se pasó

nunca quisiste saber cómo estoy

Pero esta noche acá estás

y por eso hay que brindar

- La joda de algún vecino. Que por la música y el griterío, siempre pareciera que es el que mejor la pasa en todo el barrio (y que además quiere que todos lo sepan). Si sos de esos vecinos que llaman a la policía denunciando que el pendejo del piso de arriba te pone Hermética a todo volumen a las de 2 AM mientras practica malambo en la sala usando botines de rugby, lo lamento, pero sabés a la perfección que este día te la tenés que comer entera y sin protestar. 

De última caele en su departamento sin invitación diciendo que querés saludarlo (como me hacen a mi). Cuando se descuide vengate envenenándole la comida al hamster, tocándole el culo a la novia, dejándole el baño todo sucio, mezclándole los maníes salados con los que están bañados en chocolate. Después cuando te estés yendo gritale una expresión antisemita, bajá a la calle, rayale todo el auto, te tomás media botella de Chivas Regal, y si tenés una bolsa de garrapiñada, garrapiñate y vas a tu casa así...Sos inimputable hermano, en una semana festejás año nuevo.

- Los globos aerostáticos. Y sobre estos artilugios yo quisiera saber tres cosas:

1) ¿Cómo corno es que algunos logran que se eleve y no se prenda fuego a los 10 segundos de soltarlo?

2) ¿Esta costumbre "navideña" se practica en otros países?

3) En caso de que no, ¿a quién se le ocurrió comenzar esta tendencia que no tiene el más puto sentido y no tiene nada que ver con la Navidad?

Los pirómanos tienen tanto derecho a festejar como cualquiera, ¿pero hacía falta diseñarles algo a la medida? Fuera de joda, si no tenés experiencia con estas cosas que ni se te ocurra intentar hacer volar uno porque lo de Amazonas va a ser un poroto.

- El gordo de Navidad. Y no, no me refiero al barbudo que siempre intenta convencerte de que tomes Coca-Cola, sino al sorteo ese que nunca nadie ganó alguna vez. Entre tirar la plata en esto, en fuegos artificiales, o en regalos que no van a gustarle a nadie...meh, la verdad es que no sé con cuál quedarme...


Cosas buenas, cosas no tan buenas. En la Navidad buscamos unirnos aún cuando las distancias sean enormes, y no creo que sea malo que querramos dedicar un día del año para aunque sea intentarlo.

¡Feliz Navidad!