Debido al éxito (?) acumulado en la primer review hecha sobre la majestuosa pieza artística de cinematografía internacional que llevó por nombre "Megagarcha vs. Gatorroide", y ya que últimamente dispongo de tiempo bastante corto para ponerme al día con ciertas historietas (o incluso para lograr poner la cabeza en la almohada y hacer efectivo el sueño REM), creo que es tiempo de volver a hacer una nueva publicación que siga la misma línea.
Esta fue la idea que se me vino a la cabeza luego de volver a sintonizar nuestro canal bizarro por excelencia (me refiero a I-Sat) y encontrarme con una de las cosas más raras y estrambóticas que se puedan imaginar.
Estoy hablando de una película de producción nacional, nacida y concebida en territorio rioplatense y conocida como "Vida en Marte". Este delirio conceptual no hizo más que hacerme preguntar en más de una ocasión si lo que estaba viendo no eran perjudiciales efectos de una prolongada vigilia.
Una vez que logré encontrar una suerte de trailer en internet y habiéndome cerciorado de que el inminente sueño no había tenido absolutamente nada que ver con el hecho de que mi cerebro no haya sabido cómo mierda procesar las incoherencias que había presenciado, decidí dedicarle un merecidísimo análisis en este espacio de diversidad cultural.
La película fue dirigida por Néstor Frenkel, y tiene un elenco que claramente no supo aprovechar el envión de este filme para poder despegar su carrera o para llevarla al estrellato.
(...)
Je, je, ¿se entendió? Porque la película se llama "Vida en Marte"..."despegar", "estrella"...dios, ¡extraño dormir!
Desafortunadamente el análisis llegaría hasta acá, porque la película es tan rara y se ve que es tan pedorra que no la encontré por ningún lado, no teniendo forma de poder recopilar las mejores escenas y con tal de poder sacarles fotocapturas.
Así que para sacarme las ganas me busqué una lista de películas argentinas que sean una reverenda cagada, y entre las más baqueteadas encontré esta:
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Un Buen Día
Que claramente no es el que tendrías si estuvieses lo suficientemente al pedo como para ponerte a ver semejante adefesio de producción. Lo dicho no admite debate posible.
La trama gira en torno a un actor y frustrado payaso que encarna a un actor y frustrado payaso cuyo nombre es Manuel Patiño, quien aspira a ser guionista cinematográfico y que no sabe distinguir si un saludo con la mano constituye un acoso sexual, narcomenudeo, o un delito de lesa humanidad.
Este cerdo asqueroso que nos arruina la película desde el mismísimo momento en el que aparece semi en pelotas a los 2 minutos de poner play (me llevará tiempo reprimir esa escena de mierda), vive solo en Long Beach, emigró al país del norte poco tiempo después del famoso corralito del 2001 que se chupó al memorable presidente chupete, y con el correr de la trama nos enteramos de que a la jermu la pisó el 60 un día que se fueron de vacaciones a una quinta en Longchamps con su hija Yellow.
O algo así...
Manuel vive en un barco velero abandonado en un puerto. Se lo ve como un individuo de vida sencilla: se va a jugar al fulbo con lo' pibe' a la mañana, se ducha al aire libre como si fuera un linyera, canta canciones de Gaby Fofó y Miliki, y dedica las noches a trabajar en su próspero guión.
No se ustedes, pero yo al tipo no lo veo muy convencido con el argumento del guión...
El Cacho Castaña venido a menos que tenemos por protagonista prefiere que lo llamen "Manuel Sin Apellido", debido a que en el contexto socio-cultural en el que se encuentra, la carencia completa de letra "ñ" en un idioma como el inglés equivale a que ningún angloparlante hijo de buen vecino sea capaz siquiera de pronunciar la sílaba "nio".
Lejos de preocuparse por cosas más importantes (como el título del guión que está escribiendo) o de mudarse de esa curiosa dimensión en la que los norteamericanos aparentemente no pueden ver una letra "ñ" sin que sufran un sorpresivo colapso neurolingüístico, este estacionamiento de flanes considera que es simpático y preferible pedirle a los demás que lo llamen "Manuel Sin Apellido", aun cuando dicho apodo esté en un idioma en donde sí se puede pronunciar la "ñ".
Es decir, si conociera a un mexicano, a un cubano, a un puertorriqueño o a otro argentino (cosa que termina sucediendo), estos no tendrían problemas en pronunciar su nombre completo. ¿Pa' qué lo llamarían "Sin Apellido"?
El apodo tendría sentido si fuera Manuel "With out Surname" o "With out Last Name", que además de ser feo como pegarle a una embarazada en su cumpleaños es una cordial invitación a que cualquiera te mire raro y se aleje de vos caminando de espaldas, sin osar a darse la vuelta.
Bah, lo mismo pasaría con su versión en español. Y tratándose de este aborto de manatí, quizás el apodo no sea el principal motivo.
♫ Cara de tramposo y ojos de atorrante (ojos de atorrante...ojos de atorrante) ♫
Un buen día (¡eh, como el título!) conoce a Fabiana Leporino; una trastornada mujer que tiene labios más grandes que los de Mr. Popo, un carácter de tintes bipolares, una especie de desconfianza hacia el amor, la afición de contar ángulos (?????) y de ejercitar las cortinas de su casa cuando está completamente al pedo.
Cortina arriba, cortina abajo
Cortina arriba, cortina abajo
Cortina arriba, cortina abajo
Al principio parece ser solo una mujer atormentada por la muerte de su novio (Gregory Palmer), pero a medida que la vamos conociendo comenzamos a distinguir cierta aura misteriosa, que se va revelando a cuentagotas con un sutil camino de migajas desperdigadas a lo largo de...Meh...la mina palmó y es como un fantasma.
Y esto si bien lo dicen recién al final, la realidad es que te lo ves venir desde el minuto 20, así que no cuenta como spoiler. Aparte es un giro tan cliché que en la actualidad califica más como parodia que como plot twist (¡cómo estamos con el inglés, papaaaaá!).
El primer encuentro de tan nauseabundos personajes se da en una cafetería, y lo cierto es que desde el comienzo nos muestran fuertes indicios de las profundas e intelectuales conversaciones que ambos tendrán de allí en adelante. Mírenlo con sus propios ojos:
(No; vietnamita, pelotudo...)
De esa interacción podemos hacer interesantes conclusiones, a saber:
1) El chamuyo de Manuelito está más oxidado que los picaportes del Titanic
2) Si Al Pacino no se separó de la mina que hace de Fabiana a causa de esta peli, entonces yo ya no entiendo más nada
3) Al parecer existe gente que cree que la palabra "señorita" puede ser sinónimo de "virgen"
4) A los gringos les importa un carajo lo que le pase a los argentinos que se vayan a vivir a USA. Y a los argentinos les importa un carajo lo que le pase a los otros argentinos que se vayan a vivir a USA.
En resumen: si sos argentino y te vas a vivir a USA, automáticamente a nadie le va a importar un carajo lo que te pase
5) Messi es mejor que Maradona
6) Si tu viejo es doctor y estás estudiando Medicina, no te cambies a Abogacía porque te puede hacer la cruz de por vida
7) Cuando crees que el chamuyo del Sin Apellido no puede empeorar, te sorprendés al ver que todavía resta más de una hora de película
Al margen de todo esto, es innegable que por lejos (pero por lejjjjjjjjjjísimo) el punto más flaco (enclenque, raquítico, anoréxico) de esta película son los acartonados diálogos y las malas actuaciones. Creo que ni siquiera se podrían valorar desde lo teatral o melodramático, porque la ridiculez que emana de las conversaciones tiene picos tan altos que hacen parecer al cerro Aconcagua como un castillito de arena.
(Traga el pollo, hdp)
Es como si le hubieran pedido a una adolescente promedio que hiciera el fanfiction del anime shonen más estereotipadamente estereotipado que pueda existir, y que a partir de ello quisieran hacer un live action fidedigno hasta en el más mínimo de los detalles. Y que luego agarrasen ese esperpento y lo tomaran como base para hacer una versión argentina. Y que después contrataran en calidad de actores a un símil remisero y a una modelo sin carisma. Y que más adelante tuvieran que filmar todo a las apuradas, sin ganas o sin la necesidad de repetir una puta escena 2 o 3 veces. Y que finalmente se dispusieran a editar y recortar escenas con los pies mientras se clavaban 4 pases de merca de la mala, uno atrás de otro y sin pestañear.
(Estoy bastante seguro de que estas dos se cruzaron en la escena, la interrumpieron, pero a los tipos les dio igual y siguieron filmando)
Lo llamativo es que haya personas que le tomaran cariño a esta paparruchada. Supongo que es como cuando tenés a un perro feo por el que nadie da $2, pero que aun así lo querés y al que no cambiarías por nada del mundo. Aunque en este caso, más que un perro sería una rata o una zarigüeya.
Pero vamos a dejar esta cuestión para más adelante, que sobre ello todavía se puede hacer bastante jugo.
Mientras tanto, los segundos se convirtieron en minutos, y los minutos llegaron a ser una hora completa. Ahí es cuando te empezás a dar cuenta que hasta ahora no viste otra cosa que dos imbéciles yendo de acá para allá, hablando, y hablando, y hablando, y hablando, y hablando...
Y no precisamente de cosas interesantes, eh. A no ser que te resulte atractivo enterarte de que la mujer que hace de espíritu chocarrero quería ser paquita de Xuxa cuando era cría y que está algo traumada por no haber podido ganar en el concurso Miss Madonna '92 cuando era chica.
Por suerte ahí es cuando el Sin Neuronas recuerda las enseñanzas aprendidas en las canciones de los Cebollitas y le dice que no es importante, ni el fin del mundo, arriba Fabi, somos segundos. Esta es otra de las características que más destaca en el protagonista: no claudicar jamás en su ambición de ser el legítimo sucesor de Nietzche.
Dios y la señorita María...
Y eso que me quedó en el tintero la alegoría del amor, la Plaza de Mayo y la cloaca. Pero honestamente creo que estoy mejor sin haberla entendido.
(Esta fue mi cara al tratar de entender la alegoría de la Plaza de Mayo)
Afortunadamente el filme intenta por momentos empatizar con el público, e incluso en cierta ocasión llega a leernos la mente:
Y mientras la loca esta le pregunta a Manolo qué fue lo que le impidió ser un payaso en la vida, yo me pregunto qué le hace pensar que el tipo fracasó en el intento.
Pero al parecer el chamuyo de cotillón que se come esta flaca durante más de 90 minutos funciona, y el dogor termina poniéndola cerca del final. No sin antes, claro, que la fémina le confiese que el novio que espichó le había contagiado VIH...pero tranquilos, que Manolete peló forro antes de mojar el churro (moraleja: sin piñata no hay posada).
Por desgracia para el público no hay preservativo capaz de evitarnos el SIDA que te provoca ver esta basura.
La única escena que vale la pena mirar (y los productores lo sabían).
Toda esta oda a la actuación culmina con la mina disfrazándose de Marilyn Manson, el chancho sacándole daguerrotipos, la guacha empastillándose hasta el ojete en la bañera, y el Sin Vergüenza yendo al cementerio para que una Andrea Del Boca en total decadencia le diga que su hija murió hace soporocientos años.
Llegando al desenlace, Manuel hace lo único sensato de toda la cinematografía: se pone un pseudónimo.
Pero...¿qué es lo que veo?...¡Oh, sorpresa! ¡Resulta que dicho pseudónimo es el nombre del guionista del filme! ¡Qué cierre más ingenioso: el protagonista durante todo este tiempo fue quien escribió el guión correspondiente a esta película!
Para cerrar, y volviendo al asunto del inexplicable fanbase que tiene esta cinta, les dejo los vanos intentos de justificar el indiscutible mal gusto del flaco que aparentemente administra un grupito de desquiciados que veneran este esperpento:
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“La película excede los límites de mirar algo que es 'malo' para burlarse, esa lectura me parece bastante triste a esta altura, y si se quedara en eso no llegaría al nivel de fanatismo que genera esta obra."
No, padre. La gente ve esto y se burla; no hay medias tintas.
Y lo del fanatismo es relativo, porque hasta Satanás tiene cultos repletos de fanáticos.
"Te recomendaría verla entera,(...)"
No pide poco el delirante este.
"(...) es mucho más que un simple trailer, porque más allá de los diálogos, (...)"
Que son una mierda pinchada en un palo...
"(...) las actuaciones, (...)"
Que son una mierda envuelta en papel higiénico...
"(...) y lo surrealista que puede parecer en un comienzo, (...)"
Y al final también...y también con todo lo que está en el medio.
"(...) todo va guiando a los dos personajes hacia dos puntos de giros que son realmente increíbles."
Hijo de puta, esta no es la trama más quemada en la historia del cine porque a muchos ya les debe dar vergüenza valerse del giro "¡y resulta que era un fantasma!". Hasta en Friends lo parodiaron.
"Esta combinación convierte a la película en una especie de joya (...)"
Bijouterie
"(...) que excede la moral de lo bueno y lo malo en el cine, (...)"
¿Hacer algo bueno o malo en el cine es una cuestión de moral?
Bah, puede que sí, porque para hacer un producto como este la moral la tenés que tener por el piso.
"(...) para transformarla en algo que uno no puede dejar de ver, (...)"
El techo no pude dejar de ver.
La única razón por la que llegué a los créditos fue para hacer esta review de porquería.
"(...) algo que está escrito con una honestidad increíble por un guionista que quiso hacer lo que se le cantaba y lo hizo, (...)"
Chocolate por la noticia.
"(...) y en esa honestidad hay algo que por ahí no se encuentra en una película 'buena', (...)"
Seamos directos: nada de lo que tiene esta película lo encontrarías jamás en cualquier otra que se pueda decir que sea buena.
"(...) escrita pensando en la reacción del público y en agradar”
Mi reacción fue la pena ajena en dosis reiteradas y la plena sensación de que estaba malgastando mi existencia. ¿Me van a decir que la escribieron pensando en esa reacción?
Ah, y ni siquiera la música me agradó.
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Conclusión: la hora y media más larga de mi vida. ¿Pueden creer que estiraron todo ese tiempo con solo dos personajes en toda la película? Y así les jue...
Si la van a ver pónganse una almohada en la frente porque no van a ser pocas las veces que se lleven la mano ahí. Eso suponiendo que la vean entera; cosa poco probable, porque yo creo que esta materia fecal en formato .mp4 tiene el dudoso mérito de conseguir que (sin importar a partir de dónde la empieces a ver) no aguantes las ganas de sacarla a los 10 minutos.
Chau, me fui a dormir.
