miércoles, 13 de noviembre de 2019

Review para que no se corte


   Luego de no subir nada desde fines de julio supongo que el mundo internetero habrá dado un laaaaargo suspiro de alivio y se habrá creído libre de mis influjos negativos. Seguramente los dueños de Blogger habrán pensado: "Menos mal que el payaso este dejó de escribir pavadas. Ahora nuestros servicios van a estar excentos de toda esa enorme cuota de mal gusto".

¡Ja! Sobre mi cadáver.

Lo cierto es que, aunque no lo parezca, son un joven ocupado y tengo otras obligaciones (¿de qué te reís?). Y la realidad es que esta época del año me demanda cierta cantidad de tiempo, por lo que tuve que ponerme a otras cosas.

Planeo seguir subiendo boludeces y mantener este espacio vigente, pero no tengo pensando organizarlo de ninguna forma. Creo que todo saldrá cuando tenga que salir.

Sin embargo, tampoco quiero tenerlo tan abandonado, por lo que me pareció buena idea subir una especie de review que hice hace un tiempo en un foro sobre una de esas películas que uno no puede creer que se hayan hecho, se hagan y se sigan haciendo (más teniendo en cuenta lo mucho que hemos evolucionado en materia artística, cinematográfica, y también como especie).

El motivo por el cual lo pongo acá es porque la volví a ver hace poco (una suerte bárbara haber encontrado esta basura de película dos veces en toda una vida, pero bueno), y quisiera darle otro homenaje.

Hoy no van a haber historietas, y posiblemente me demore un poco en subirlas ya que quiero contar con buena cantidad de material como para estar dos o tres publicaciones adelantado de aquello que suba.

En fin. Ahí va.
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Mega Pito vs. Gatorade

Si hay algo que caracteriza a canales como Space o I-Sat es la capacidad de no tener el más simple pudor en pasarte películas raras, desconocidas, que no encontrarías ni por búsqueda, suerte o recomendación. De clase B tirando a C o hasta D, que te hacen fruncir el ceño, sorprenderte o preguntarte "¿En qué corno estaba pensando el que hizo esto?". Sobretodo a eso de las 2 o 3 de la noche/madrugada.

     Esto es más propio de I-Sat, pero no sería la primera vez que Space se toma el atrevimiento de pasar "joyitas" como la que voy a comentar a continuación, por lo que me parece que tal atributo les calza enguantado.

I-Sat. Llenando el cable con bizarreadas, desde 1993.


Con respecto a este tipo de películas, y tras haberse sometido a una hora y media de insultos e improperios dirigidos hacia nuestra inteligencia y sentido de buen gusto, uno querría encontrar justificación en diferentes factores, tales como:

1) La época en la que fue filmada la película
2) El bajjjjjjjjjjísimo presupuesto con el que contó
 3) La poca experiencia de sus creadores
4) Las tremendas ganas de pelotudear que tengan
5) Los irrefrenables ánimos de dinamitarle el forro de los huevos a toda la industria cinematográfica del país.

  Sin embargo, cuando investigás un poquitito el ano infecto del que salió semejante bosta y ves que la casa matriz ya tiene un largo y negro prontuario con películas de esta índole (entre ellas "Sharknado"), es cuando las posibilidades se reducen. 

Sharknado. Haciendo mierda el cine norteamericano, desde 2013.


No puede ser la época, ya que esta película es del año 2011; no puede ser a causa de un choto presupuesto, ya que sacaron infinidad de porquerías como esta; por lo anteriormente dicho tampoco puede deberse a una poca experiencia; y en cuanto a las ganas de pelotudear...madre mía, hay que tener ganas de pelotudear así. 

Por lo tanto, me quedo con la última explicación que cité antes.


  Vamos con la trama y con algunos spoiler...pero dejate de joder, si te quejás porque te haya spoileado este caldo de inmundicias entonces hacete tratar o cambiá la medicación.

El argumento del filme gira en torno a una ciudad en donde un grupo de activistas ecológicos percibe un descenso en el índice de natalidad de diferentes especies de ofidios. 

Como si no tuvieran otra mejor opción a la mano, buscan evitarlo secuestrando una cierta cantidad de ejemplares provenientes de una instalación misteriosa, en la que aparentemente se hacían experimentos con estos bichos (metiéndole mano a la Madre Naturaleza, jugando a ser dios, cosas así) alterando el desarrollo normal de los mismos.

No soy un experto, pero no creo que una bolsa de tela sea la mejor forma de transportar a una decena de víboras alteradas genéticamente.


  Las consecuencias de semejante idiotez (la de secuestrar a los pobres animales, no la de experimentar con ellos) no se hacen esperar, y es así como estos ofidios elaborados con unos efectos especiales que provocan arcadas inaguantables y sistemáticas empiezan a adaptarse al lugar, creciendo en proporciones dantescas y lastrándose todo aquello que produzca sombra.

¿Una fruta aplastada? ¿Morcilla desarmada? No, supuestamente son los restos de un pequinés atacado por una super serpiente.


  Para desgracia de la trama, una alguacil en jefe de las fuerzas de seguridad de la ciudad sufre la pérdida de su novio a mano de una de estas bestias, jurando venganza y tomando las riendas de lo que planeaba ser una purga total de serpientes. 

"¡Mauricio Macri, lpqtp!"


Nuevamente, como si no hubiera otra mejor opción a la mano decide confrontar a estos animales utilizando caimanes (sí, caimanes...¿por qué caimanes? Porque sí), ignorando por completo los hábitos alimenticios de ambas especies. 

Y nueeeevamente, como si no hubiera otra mejor opción a la mano (y en una muestra clara de que deberíamos limpiarnos el culo con la partida de nacimiento de los que hicieron esta mierda) busca equilibrar la balanza alimentando a los caimanes con pollos crudos de supermercado forrados en esteroides y otras drogas de origen, legalidad y verosimilitud dudosa, cuyos efectos tenían potenciar el crecimiento muscular. 

"Y la gente me dice que se me va la mano con el relleno".


Toda esta artimaña acompañada del siguiente comentario: "¿Que podría malir sal?". Evidentemente todo, porque no solo la película se va al mismísimo carajo sino que encima es acá donde empieza un festín asqueroso y morboso de efectos especiales grotescos y repulsivos.

"Era esto o la película de Mario Bross".


  El plan tiene relativo éxito: las pitones se engullen a los caimanes y los caimanes se engullen a las pitones. Pero en aras de tirar la coherencia a la concha de su madre y de llenar la película de cosas absurdas y sin sentido, el hecho de que se morfen entre sí provocó que toda las sustancias raras que les samparon a los bichejos se potenciara todavía más y estos crecieran al punto tal de que una serpiente pueda morfarse un tren entero (no es joda, pasó de verdad).

Machete, pero con menos presupuesto.


  Ahí es donde empieza una lucha encarnizada entre las tres especies (teniendo en cuenta que los animales más asquerosos de la producción cinematográfica son los actores) que no vale la pena detallar ni recordar mucho. El final es una mierda, haciendo honor a lo que fue el resto de la película (o sea que tiene el mérito de no desentonar).

  De todas formas, uno con cosas como estas podría ser muy tolerante apelando al hecho de que no buscan ser buenas películas, y que esperar o pretender que lo sean, es tonto. Más tonto es creer que uno puede esperar que una película que lleve por título "Mega Python vs. Gatoroid" puede ser algo bueno. Pero el hecho es que incluso esta clase de filmes podrían caerme simpáticos si no recayeran en exceso a esos insultos a los que ya hice referencia antes. 

  ¿A qué me refiero más precisamente? Fácil: que no te alcance para recurrir a nada más que unos efectos especiales cancerígenos y ridículos, vaya y pase...que no puedas hacer creíble ni un puto huevo de caimán y que me enfermes mostrándome 10 veces la misma escena con movimiento de cámaras hacia la dirección opuesta o variando el zoom...no, dejate de hinchar. 

La única escena que vale la pena mirar (y los productores lo sabían). 


  Lo mismo podría decir de esos errores de continuidad, de tomas, de lógica o sentido común. Menciono algunos ejemplos:

- Dos personas pidiendo ayuda a un helicóptero parados en medio de una laguna, en donde el agua no les llega ni hasta la cintura, siendo observados por un cocodrilo del tamaño de un camión Iveco, a 3 metros de ellos, que no solo no los ataca sino que está sumergido en la misma laguna hasta la trompa.

-"¡Oh, por dios! ¡Qué horror!"
-"Tranquila, no le temas al cocodrilo"
-"Me refiero al CGI..."


- Un tipo va a buscar el nido de los caimanes (o de las serpientes, qué se yo). Se va a una playa y lo encuentra dentro de una cueva. SE PUEDE VER QUE ES DE DÍA. Llama a la alguacil que está en una fiesta en un lugar alejado de la playa, DE NOCHE, y con el ruido de los grillos de fondo. 

Una de dos: o el tipo fue a buscar el nido a Japón, o el que ensambló las escenas seguía duro por la merca.

¿Piedras? Ojalá, huevos de caimanes frescos, recién salidos de granja.


- El mismo tipo que encontró el nido aparece mágicamente en la fiesta (utilizando creo yo la teletransportación que aprendió en el planeta Yadrat). Logra burlar al de seguridad tirando una piedra que este va a buscar como si fuera un perro lobotomizado.

Los Yadrat. Claves en esta trama.


- Los caimanes y serpientes entran en malón para interrumpir la fiesta (la cual ya se había interrumpido por una pelea cuasierótica y de tintes lésbicos entre las dos protagonistas: la tetona y la sin tetas). Ni bien se detecta la invasión, todos en la fiesta desenfundan un arma y empiezan a los tiros (porque al parecer, la entrada de la fiesta venía con una consumición y un revolver o pistola). Igual fue al pedo porque, excepto a los protagonistas, el monstruo se los comió a todos.

"Te dije que no pusieras Maluma...'"


- Con la misma facilidad con la que estos extras accedieron a un arma en el momento oportuno, algunos personajes lograron acceder a explosivos. Así se demuestra en una escena en donde dos pescadores/cazadores que iban en un bote sacan de la galera una buena cantidad de cartuchos de dinamita para matar a una anaconda de 60 metros que surge de una laguna de no más de un metro de profundidad (como se puede ver escenas más adelante).


Cartuchos de dinamita, para el bolso de la dama y el bolsillo del caballero.


- En una escena que todavía no logro determinar si intentó ser cómica o no (ya no sé qué verga pensar, la verdad), una víbora de 100 metros de largo alcanza un dirigible. Al morderlo, en lugar de que este explotara a lo Hindenburg, se desinfla como cualquier globo llevándose volando a la criatura. Lo bueno es que llegado este punto te importa todo tres pitos y ya ni te gastás en putear al televisor.


Pucha, al tren Sarmiento le pasa de todo.


  De seguro hay más cosas que dejé en el tintero pero...ah, ya puedo suspirar sabiendo que logré hacer algo de catársis.

 Si tengo que puntuar la película, le doy 1 sorete de 70, y solamente por las escenas de la tetona yendo de acá para allá rebotando el escote como si no hubiera un mañana. Si la van a ver asegúrense de no tener ningún objeto filoso o pesado cerca.